lunes, 19 de octubre de 2015

Mucho Lerele y poco Larala

Lo que ocurre aquí es que se quejan de que todo lo hacemos mal, de que siempre les hablamos mal, de que nunca hacemos nada... pero a la hora de la verdad, cuando ellos nos hablan mal o actuan mal, no tenemos derecho a decir nada.Triste pero cierto, ellos siempre tendrán la razón. Nunca lo entenderé. Suelen tacharme de inmadura por mi edad, pero eso no significa nada. La vida me ha hecho pasar bastantes situaciones que me han llevado a ser lo que hoy soy, y si es verdad que cometo errores (como todos) y también es verdad que a veces digo o hago bastantes barbaridades (pero como todos). No me malinterpretéis, pero me considero bastante madura y que la gente desconfíe de mi sin venir a cuento me pone de los nervios, podría decir que incluso me molesta más eso que cualquier otra cosa. Es algo irracional, como el miedo humano a volar, o a las arañas. Sin embargo es así.Me molesta porque por la misma regla por la que me tachan de inmadura, por la misma regla por la que me tachan de inmoral, yo también podría tacharos a vosotros, pero yo no os defraudo, os pongo mi hombro y confío en vosotros aunque me vaya la vida en ello. Porque entiendo los errores, los perdono y olvido, considero que sirven para aprender.El problema viene cuando estáis todo el día pidiendo confianza y después vosotros no la dais, el problema está cuando pedís que os hablen bien y después vosotros no habláis bien, el problema viene cuando yo hago una cosa mal... y tu no recuerdas que también cometes errores.Ese es vuestro problema, que pedís mucho y dais poco. El mio es que doy mucho y pido poco, y al final termino con la soga puesta en el cuello sin saber como ha llegado hasta allí.Por cierto, antes de terminar este desahogo mental, decir que hay una gran diferencia entre inmadura e infantil, no se si me entiendes...